Ni pan ni teta...

Lo explicaba muy bien ayer el compañero Jose: el PP de Extremadura ha escenificado una presentación de sus candidaturas no exenta de polémicas, de disputas internas y de contradicciones, constituyendo toda una lista de consolación (de GANADORES-PERDEDORES, diría yo) con muchos dirigentes 'populares'-populistas que más o menos tiran electoralmente en sus respectivos bastiones locales pero que NO TIENEN UN PROYECTO DE REGIÓN que entusiasme al electorado y que ya veremos si consiguen mantener el resultado que el PP obtuvo en las anteriores elecciones autonómicas.

Como en los últimos tiempos dice castizamente cierto dirigente político de mi pueblo, "o pan, o teta", las dos cosas no. Esa es la estrategia que Floriano impone en su partido: aislar a cualquier sospechoso de disidencia que le pueda incomodar o hacer sombra y ofrecer a sus electorales fieles, los "de toda la vida", un equipo compacto (?), renovado y joven (?), cuasi homogéneo y más fortalecido (?) a su medida... No, para él no cabe una teta que sepa a pan o un pan con forma de teta. No ha habido en Floriano voluntad (¿o capacidad?) de aunar esfuerzos, de integrar sensibilidades, de sumar para multiplicar... Y esto no es nuevo, sino que viene cociéndose desde las divisiones internas que se materializaron hace un par de años en el seno del PP-Extremadura.

Si en la oposición presentan tan graves dificultades para lograr una mínima cohesión interna, ¿qué estabilidad pretenden ofrecer a Extremadura en el remoto caso de que llegaran a alcanzar la responsabilidad del gobierno autonómico?

Creo firmemente que es posible conciliar la democracia interna de un partido político con la unidad de los miembros que lo componen. El derecho a discrepar y la disciplina de partido son perfectamente compatibles, aunque este último elemento no debe imponerse sin ton ni son en detrimento de la conciencia del que discrepa. Esto es así porque si esa situación perdura en el tiempo después puede acarrear sus consecuencias a nivel orgánico e institucional...