El roto y el 'descosío'

Hoy por fin ha finalizado el XVI Congreso Nacional ordinario del Partido Popular, en el que Mariano Rajoy ha sido reelegido Presidente del principal partido de la oposición, así como candidato a las elecciones generales de 2012. Desde la derrota electoral del PP (o victoria del PSOE, según por dónde se mire), la derecha española aglutinada hasta entonces en torno a Rajoy convirtió al Partido Popular en una jaula de grillos, algo que parecía imposible dada la fortaleza orgánica y cohesión interna de las que siempre se han jactado tener en contraposición del PSOE, donde siempre hemos soportado que exista el derecho a discrepar o un procedimiento democrático de elección de nuestros representantes... Bienvenidos, pues, a la difícil vida democrática y participativa de los partidos políticos. Esperemos que no sientan morriña por el régimen dedocrático y oligárquico por el que aún se rigen.

¿Y qué decir de Rajoy? A estas horas tiene que estar fumándose un habano viendo el partido de la Selección Española, saboreando también su victoria y por haberse librado del plantel de "colaboradores" que en la última legislatura le ayudó a fomentar un nivel de crispación política insostenible que todos tuvimos que soportar, sabedores de que le hacían un flaco favor a los intereses generales y a la convivencia pacífica de los españoles. Pero, paradójicamente, ahora emerge un nuevo PP, liderado por un flamante Mariano Rajoy que olvida su pasado radical y 'pancartero' más reciente tras caer del caballo y ser iluminado por el divino espíritu del centrismo... No sé cómo se tomará el electorado que Mariano actúe de acuerdo con lo que dijo el brillante Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros". Quizás este comportamiento quizás tenga una explicación más científica: Mariano actúa como los camaleones, que no sólo alteran su piel para camuflarse en el entorno en que viven, sino también para ligar o para asustar a sus rivales machos...

Ojalá esa moderación que hoy predica permita que mañana el Gobierno socialista y el nuevo PP marianista empiecen a ponerse de acuerdo en los principales cuestiones de Estado que nos acucian. Si es que, como me decía mi abuela, este hombre "lo mismo vale pa un roto que pa un descosío"...

PD: La viñeta de Forges que encabeza el post aparecía hoy en el diario El País.