lunes, abril 09, 2007

Adorar al becerro de oro


De vuelta a la rutina. Resulta siempre muy gratificante disfrutar de un paréntesis en esta vida tan ajetreada, y más si se trata de las mini-vacaciones de Semana Santa, período de juerga y cachondeo para unos, de penitencia y recogimiento espiritual para otros (los menos, quizás...). En mi caso, he tenido tiempo para todo. Ahora, que ya han transcurrido todos estos días me dispongo a ordenar un poco algunas de las reflexiones que he hecho en esta Semana Santa, esta semana de pasiones de todo tipo que, a las pruebas me remito, se sigue viviendo con fervor religioso en cualquier rincón de nuestra Extremadura.
Sin embargo, de nuevo trato de formarme una opinión ante un fenómeno religioso, a priori contradictorio e incongruente con la raíz de la fe cristiana y católica. "¿Por qué creemos en un trozo de madera recubierto de lujos y metales preciosos con forma humana? Yo tengo una imagen más espiritual del Señor y de la Virgen; no necesito ver para creer" Con esa pregunta retórica y esa afirmación se me ocurrió espetar una vez a una señora de comunión diaria (una de las típicas "beatas" de mi pueblo, vamos) cuando me enteré de que mi nombre sonaba por equivocación para ser Mayordomo de la Hermandad del Cristo de Alconchel hace algunos años.
Cualquiera que escuchara estas palabras de mi boca sin conocerme diría que soy un ateo irreverente. Pero en realidad me considero un cristiano católico no practicante; soy un poco anticlerical, sí, pero esto se debe a la actitud de la Iglesia católica ante determinadas cuestiones, a la incoherencia que en algunos casos manifiesta la jerarquía eclesiástica, a su falta de compromiso en la aplicación de las resoluciones del Concilio del Vaticano II...
"[...] No tendrás otro Dios fuera de mí. No te harás escultura ni imagen alguna de lo que hay arriba en el cielo, o aquí abajo en la tierra o en el agua bajo tierra. No te postrarás ante ella ni le darás culto [...]". ÉXODO, 20, 3-5.
"[...] Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo aquí y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente. Tomás contestó: ¡Señor mío y Dios mío! Jesús dijo: Has creído porque has visto. Dichosos los que creen sin haber visto [...]". JUAN, 20, 27-29
¿Qué hacer, entonces, con las procesiones de Semana Santa? ¿Cuál es la razón de ser del fervor religioso que despiertan? ¿Y qué decir de todo el tinglado económico-mercantilista que hay detrás de todo esto? Con esta última pregunta respondo un poco a las dos primeras... En mi caso, no es que asista por devoción a las procesiones, sino que apuesto por respetar y mantener las tradiciones de nuestros pueblos (las buenas tradiciones, claro). Un desfile procesional de Semana Santa para mí no deja de ser un mero acto conmemorativo y didáctico para que el pueblo (la plebe de antaño) recordemos/entendamos lo que ocurrió y lo que significó para la Humanidad la pasión y muerte de Cristo hace dos milenios. Desde mi humilde condición de cornetín de orden de la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad del Cristo de Alconchel únicamente contribuyo a realzar un poco más esta TRADICIÓN que no debe perderse. Mi pueblo, como cualquier otro en estas fechas, se vuelve un lugar de encuentros en la que se sigue la tradición de asistir a la procesión del Santo Entierro, a la del Silencio de Nuestra Señora de la Soledad, a la campanillada del Sábado de Gloria, a los Encuentros del Domingo de Resurrección...; seguro que nadie olvidará la alegría que dimos este año la Banda, que al final nos atrevimos a tocar sin haber ensayado. Pero, como dije antes, todo esto no deja de tener un trasfondo lúdico-económico y estos días aprovechamos para dedicarlos a otros menesteres (hasta para ir a coger espárragos...).
Este año también hemos tenido ocasión de seguir cómo se vive la Semana Santa en el resto de la región, gracias a la cobertura mediática de Canal Extremadura. Me llamó la atención en una procesión cómo el "capataz" de un lujoso paso arengaba a los costaleros: "¡Ánimo, valiente'! Vamo' a mesé a la Virgen, ¡Ar sielo con ella!" Me dio un poco de rabia, sí, porque en la Extremadura profunda no se suelen utilizar esos términos tan "de Sevilla", ni a la Virgen se le mece, ni nada por el estilo. Yo prefiero nuestra Semana Santa, la de nuestros pequeños pueblos, que por regla general es sencilla, austera, más participativa y en muchos casos realzada también por tradiciones paganas ancestrales que son exclusivas y declaradas de interés turístico regional.
En fin, han sido días de sosiego (?), pasión y fervor religioso. Respetemos y mantengamos, pues, las tradiciones y buenas costumbres. Pero no caigamos en el pecado de adorar al becerro de oro...


PD: No me resisto tampoco a mostrar mi agrado por la relativa tranquilidad de la vida política en los últimos días; cierto es que creí que la polémica de las fotos 'porno-sacras' iba a recrudecerse en este tiempo de oración y recogimiento. Afortunadamente, el PP sigue hundido en sus miserias y ha preferido dar el cante -que más bien suena al canto sufrido de una saeta- con la presentación de sus candidaturas para las elecciones autonómicas. ¿Resucitará Floriano tras vivir la pasión y muerte del Calvario del 27-M? ;-)

6 comentarios:

The Dave dijo...

Ni que decir tiene, que el adorado "becerro de oro" no dejará de existir mientras desde el "templo de oro" los "hombres de oro" rijan esta "religión de oro". Y eso sucederá mientras desde pueblitos umildes donen todo su tiempo, esfuerzo y bienes en mostrar al mundo su "fe" en forma de "becerros" con más o menos oro. A esto le llamo yo la pescadilla que se muerde...

Para muchos, la procesión va por dentro. Otros únicamente la llevan al hombro.

En fin, a pesar de las infinitas más una contradiciones que veo en este sitio, dejo constancia de presencia de la minoria no silenciosa.

P.D.: no soy más que menos

Juan Miguel Méndez Peña dijo...

Hubo un tiempo, David, en que el "becerro de oro" sólo podía ser adorado desde cerca por una minoría muy selecta, mientras esta misma obligaba a la mayoría a adorarlo pero desde la distancia, haciéndole comulgar con ruedas de molino. Era un tiempo en que todo giraba en torno a la religión y en que cualquier cosa era considerada pecaminosa...

Afortunadamente los tiempos han cambiado y hoy cada uno es libre de mostrar su fe como le venga en gana. Vivimos en una sociedad laica, en la que en pueblecitos humildes como el mío tienen muchas más facetas y dedican el tiempo a otros muchos menesteres. Cuestión parte es que particularmente considere tradiciones más que actos devotos prácticas religiosas como las procesiones de Semana Santa. No puedo llegar a entender que un trozo de madera pueda llegar a interceder por uno y hacer milagros.

Docrinalmente,la Iglesia católica no apoya este tipo de "tradiciones", aunque también se ha dejado guiar interesadamente por lo que le dicta el pueblo. Creo que algún día los católicos tendremos una concepción más espiritual que material de la religión. Te lo dice alguien que no lleva nunca a sus hombros un paso procesional, sino que -quizás por cierta inercia- siempre va detrás en una Banda de Cornetas y Tambores amenizando el evento. Y no asistiría en otra condición, al menos por devoción.

No veo qué contradicción puede existir en mi planteamiento, pero entiendo la opinión que puedas tener sobre mi persona y en la que, intuyo, basas tu opinón también respetable.

P.D.: No soy más que nadie

The Dave dijo...

Doy por asumida mi ineptitud para explicarme. Es cierto que no hace muchos años España era "una grande" sumida en el catolicismo más absoluto, o en el silencio más absurdo. Pero creo que en ningún momento me he remontado a ningún tiempo pasado. Lo que mi irónica "metáfora" intentaba señalar es que el cambio supone sacrificio.

Al igual que tú no crees que un trozo de madera represente el TODO que nos supera, yo no creo que un hombre, como tú y como yo, represente la divinidad personificada. Y mucho menos un hombre "elegido a dedo" detrás de cientos de manipulaciones politicas y sociales. Pero lo que le da poder a ese hombre, lejos de ser el DIOS DE LOS CIELOS, son todos aquellos aférrimos seguidores (desde el más humilde al más poderoso) que, con tapones en los oidos y vendas en los ojos, adoran lo anteriormente establecido por miedo a perder las buenas costumbres.

Por supuesto, las procesiones de los pueblitos de cada rincón de España no son "malas costumbres", al contrario, permiten a todos sus participantes sumergirse en el espiritualismo que no recordarán hasta el año siguiente.

Y, aunque no lo sepamos, siguiendo con estas buenas costumbres lo que hacemos indirectamente es mostrar nuestro apollo a lo anteriormente establecido, incluyendo todo aquello con lo que no estamnos de acurdo y está dentro del "mismo paquete". Por eso lo de la frase de "la pescadilla que se muerde la cola".

En ningún momento me opuse al planteamiento laico de nuestra nación. Simplemente al becerrismo histórico en el que, no sólo en la religión, esta sumida nuestra sociedad.

Yo cuendo intento hablar con mi abuela, o cualquier otro "adulto" con similar edad, lo primero que oigo es "Ay, hijo, yo no entiendo ya de esos lios". Y entiendo que personas como ella tengan este modo de pensar, pues en 68 años de su vida no han conocido otra cosa...

Quizá el cambio lo tengan en sus manos personas que no estén dispuestas a pensar como sus abuelos.

P.D.:Me gustaría que de ahora en adelante sea un desconocido más que intenta leer algo "interesante" en sus ratos libres (no soy más que menos). Pues en ningún momento actúo movido por prejuicios y experiencias personales. Tanto es así que mi intervención en estas entradas las hubiera hecho fuera cual fuese su autor. Me ciño al contenido de las mismas.

Mary Lury dijo...

Tienes mucha razón Juanmi, con la que liaron con el arte Bizantino y con los iconoclastas, se destruyeron muchas y valiosas obras de arte. by Lury

Juan Miguel Méndez Peña dijo...

Me parece estupendo, "The dave", que sigas mi blog. Yo no considero que este espacio de reflexión personal sea tan "interesante", pero si tanto te aburres en tus ratos libres y consideras que puede haber otros espacios de más interés, la blogosfera es muy amplia...

Bienvenida, María, a mi humilde espacio de opinión y felicidades por incorporarte a este mundo en el que yo sigo perdiéndome. Nos vemos pronto ;-)

PD.: Por mi parte, mientras tenga tiempo y ganas, seguiré yendo a las procesiones de mi pueblo con la Banda. No seré de los que llore porque el mal tiempo impida salir la virgen en procesión; pero tampoco seré de los que critique a los que ven en esta manifestación religiosa un acto de fe -que yo pueda compartir en mayor o menor grado-.

The Dave dijo...

Míralo por el lado bueno, hombre, ahora la gente se anima a postear algo (aunque no tenga mucho sentido con el hilo de comentarios)...
;-)