Gracias, Carlos

Dicen que siempre se van los mejores... Yo en cambio creo que aquí no se queda nadie, que se van los mejores y los peores. Lo que ocurre es que siempre cuesta más superar la ausencia de los mejores, la desaparición de las personas que representan algo importante en nuestras vidas.

Ayer recibimos la noticia de la muerte de Carlos Llamas, un gran (a mi juicio) profesional del periodismo que centró en gran medida su carrera en la Cadena SER como director del programa Hora 25.

Para los que hemos tenido que desarrollar de forma autodidacta nuestros conocimientos cívico-sociales porque no tuvimos la oportunidad de cursar en la escuela y en el instituto la tan "manoseada" asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC), programas y tertulias radiofónicas como las que dirigía Carlos Llamas desempeñaron una función primordial. Comencé a escuchar la radio hace más de diez años, cuando no podía conciliar el sueño o estudiaba por las noches. Las tertulias de Hora 25 me dieron cierta cultura socio-política y me enseñaron la importancia que tiene estar al tanto de lo que ocurre a nuestro alrededor, los valores cívicos que permiten la convivencia pacífica en nuestra sociedad, la necesidad de aunar voluntades y la importancia de buscar coincidencias, no diferencias, en la defensa de los intereses generales...

No soy un fanático de la Cadena SER (escucho varias emisoras), pero sentía predilección por este programa, Hora 25, que Carlos Llamas -uno de los mejores- convertía en especial sólo con el mero hecho de moderar los debates. Escuché emocionado la emisión de uno de sus últimos programas, cuando volvió en mayo aparentemente recuperado (el cáncer, es el cáncer). Ahora, tras su muerte, compruebo que sólo apreciamos a las personas y las cosas cuando las perdemos definitivamente.

No obstante, Carlos y otros tantos como él seguirán vivos en nuestros corazones, al igual que los valores que por su oficio y con su dedicación nos transmitieron. Gracias por todo y hasta siempre.