miércoles, junio 04, 2008

Obama for president

A pesar de lo que en los últimos meses se pudiera prever, al final, y contra todo pronóstico, Barack Obama se ha hecho con el triunfo histórico de la nominación por el Partido Demócrata a la presidencia de EE.UU. El duelo dialéctico entre el senador de Illinois (ahora, candidato demócrata a ocupar el despacho oval) y la que fuera antigua inquilina de la Casa Blanca como presidenta-consorte, Hillary Clinton, parece haber terminado por fin... Ahora que el Partido Republicano tiene claro desde hace meses que John McCain es su candidato para intentar relevar a George Bush JR, conviene que los demócratas efectúen cuanto antes su unidad para ganar tiempo, exponer a los estadounidenses y al mundo un programa de cambio y de esperanza y ganar las elecciones presidenciales de este año.

Quizás no sea oportuno ahora hacer ciertas reflexiones en torno a las primarias del Partido Demócrata, pero creo que no podemos caer en el error de reducirlas a la simple elección entre una mujer o un negro (prefiero no utilizar el eufemismo de 'afroamericano' para ser más franco), ni apostar por el uno o por la otra siempre con la mirada puesta en lo anecdótico: lo importante no era que ella fuera "la primera mujer" o él fuera "el primer negro" en llegar a la Casa Blanca, sino el programa con el que cada candidatura se lanza a la conquista del sillón presidencial. Pero aquí parece que lo mediático ha primado sobre cualquier otra consideración.

Siempre he pensado que en el sistema político estadounidense (en este caso, utilizo este término por no utilizar el de 'yanki', que me parece más xenófobo y antisistema) todos son los mismos perros pero con distintos collares. En cualquier caso, como socialista siempre voy a apostar por un/una demócrata antes que por cualquiera del Partido Republicano. Ahora bien, no sé por qué la Hillary no me inspiró nunca confianza, a pesar de que desde el principio parecía imponerse al resto de sus adversarios. Hay silencios que matan, y los que esta señora mantuvo a lo largo de su vida pública creo que dicen mucho de su persona: apuntalar un matrimonio de conveniencia con un marido infiel, renunciar en 2004 a arrebatarle la presidencia a George W. Bush, mantener una postura tibia ante la guerra de Irak promovida por EE.UU....
Soy de la opinión de que la Sra. Clinton puede estar todo lo preparada que quiera, pero creo que alguien que proyecta tal imagen (a veces me recuerda a Esperanza Aguirre) y que mira más el fin que los medios no merecía ganar. Confiemos en que no siga amagando con asegurarse su jubilación dejando a un lado la unidad del Partido y del electorado.

A Obama le queda un largo y duro camino que recorrer. Lejos de cualquier mitificación, confiemos en que al final gane las elecciones y consiga dar un giro al rumbo internacional.

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